EUROPA
PRESS
6 mayo
2017
Los lunares y manchas solares en la piel son pigmentaciones que se
van desarrollando a lo largo de los años y que pueden estar relacionados con la
exposición al sol, vigilar posibles cambios reduce la posibilidad de
desarrollar un carcinoma, explica el doctor Pedro Ruiz Ávila, dermatólogo del
Hospital Vithas La Salud de Granada, quien advierte
de que hay que acudir al especialista cuando "cambian, pican y
sangran".
El
especialista recuerda que en dermatología se utiliza el método 'ABCD' que
indica al médico si la mancha o el lunar presenta algún riesgo de desarrollar
una patología. "A la hora de fijarnos en una mancha tenemos que estudiar
si es asimétrica (A), si presenta bordes (B) irregulares, si su color (C) ha
variado y si tiene un diámetro (D) de más de 5-6 milímetros", afirma.
No
obstante, advierte, "el mayor porcentaje de pacientes que vienen a
consulta lo hacen por lesiones benignas". Así, la consultas mas frecuencia
son por nevus (lunares) de características clínicas benignas, los lentigos
benignos, que aparecen en personas que se exponen al sol, o de forma familiar,
o por el melasma o cloasma, que son las típicas
manchas que aparecen en la cara, "y preocupan mucho a mujeres desde el
punto de vista estético y a veces suelen tener que ver con embarazos,
anticonceptivos, etc."
Cuando
los pacientes consultan por lesiones pigmentadas con características clínicas
de malignidad se inicia el protocolo de extirpación quirúrgica y estudio histopatológico.
Por ello, el objetivo de los dermatólogos es diagnosticar el tumor pigmentado
lo antes posible porque de ello depende la supervivencia del paciente.
El
doctor, a través de un dermatoscopio, estudiará los
signos de la mancha y determinará si es necesario hacer una biopsia. "A
nosotros lo que más nos preocupa son las manchas o lesiones pigmentadas que
pueden tener potencial maligno como los carcinomas basocelulares
pigmentados, o los melanomas; estos últimos a veces, pueden acabar con la vida del
paciente", explica.
"Nuestro
objetivo es conseguir extirpar el tumor antes de que sus células atraviesen la
epidermis (es ta primera capa de la piel no tiene vasos sanguíneos) y pasen a
la sangre o a la linfa", continua, recordando que es importante que la
sociedad esté concienciada de la importancia de acudir a revisiones periódicas
con un dermatólogo.
El perfil de riesgo
El
médico recuerda que las personas de ojos y piel claros, pelo claro, que se
quemen con facilidad y no se bronceen, que tengan muchos lunares o que
presenten antecedentes familiares de cáncer de piel o melanoma, deben acudir a
un dermatólogo cada 6 a 12 meses porque son las que tienen mayor riesgo.
No
obstante, en contra de lo que se suele prensa, también desarrollan cáncer de
piel las personas con la piel oscura, por lo que es fundamental prestar
atención al desarrollo de la mancha y visitar al dermatólogo con regularidad.
"Nosotros
hablamos de fototipos (hay seis), el fototipo 1 se quema con facilidad y no se
broncea y el 6 nunca se quema y siempre se broncea o está bronceado. Es por
ello que dependiendo del fototipo que tengamos podremos exponernos más o menos
tiempo al sol sin riesgo de quemadura. Debemos saber que el signo clínico que
nos indica que la piel está sufriendo por la exposición solar es la quemadura.
Para evitar la quemadura solar utilizamos los fotoprotectores", añade.
El
doctor Ruiz Ávila añade que hay otras patologías que también se asocian a la
exposición al sol, es el caso de las fotoalergias o fototoxias.
"Si te has aplicado una crema o cosmético nuevo y al ponerte al sol te
pica o aparecen lesiones de color rojo, podrías estar desarrollando una fototoxia, o incluso si estas lesiones aparecen sólo al
exponerte al sol, sin haber usado ningún producto en la piel, es posible que
estés desarrollando fotoalergia", explica.
¿Cómo evitar lesiones en la piel?
Actualmente,
para evitar quemarse con el sol en el mercado hay cremas, geles,
spray, leches, lociones, emulsiones, con factor solares altos que protegen de
la radiación ultravioleta, aunque también es aconsejable el uso de sombreros,
gafas de sol y manga larga.
Si ya
se ha producido la quemadura, el médico recomienda un producto antiinflamatorio
prescrito por un médico (corticoide) que aliviará la zona, y mejor en spray
para que sea necesario extenderlo con las manos.
Si las
quemaduras son graves y aparecen ampollas debe ser un médico quien las examine
para valorar su profundidad, extensión y realizar las curas, medicación y
seguimiento adecuados.
Por
último, recuerda que no hay que olvidar tampoco los problemas de envejecimiento
de la piel asociados al sol. "Y es que la piel tiene memoria", lo que
explica por qué las personas que se exponen mucho al sol normalmente ven
envejecer su piel antes y tienen más posibilidades de desarrollar un cáncer de
piel.